Estaba en el horizonte intermedio
Entre el cielo y la tierra
Los días no cambian
Y cada noche
Soñaba el mismo sueño
El olor de las flores silvestres
El grito que nadie escuchó
El sonido del latir de mi corazón
Como un martillo contra un clavo
Y oigo llamando
Las voces de los muertos
Que con ansiedad piden ayuda
Una explicación
Tan solo acabar con una tarea incompleta
Quiero seguirlos,
pero siempre regreso
a la misma puerta
tenía miedo
Sabía que si entraba allí
jamás saldría.
Mi asesino podía vivir
En un mismo momento
Por mucho tiempo
Podía alimentarse del recuerdo
Una y otra vez.
Era animal, sin cara, infinito
Pero luego sentía el vacío regresar
Y la necesidad de matar se elevaba nuevamente.
He aquí en el horizonte intermedio
Entre la vida y la muerte
Queriendo cumplir mis sueños a distancia
Perturbar por siempre a mi asesino.
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