Has sido el testigo de la indiferencia que recorre tu alma

Ese maldito orgullo que pasa por tu mente.

Ese orgullo que te hace engañarte a ti mismo

Ese orgullo que te impide perdonar

Tu deseo es tener todo bajo control, pero no te hace

Ser mas que un desquiciado, un estropajo de inmundicia

No eres quién para enjuiciar y crucificar, siendo que tu ya has sido

Crucificado, ¿por quién?, por tu maldito orgullo.

Te desangras

Tu sangre se enfría

Tu corazón sigue duro

Y se pudre

La triste realidad de alguien que le diezmó su alma a la

Miseria del destino.

Desde tu propia cruz miras hacia abajo al resto, con la única diferencia

De que ahora toda esa mierda que regaste en tu entorno

Te la están lanzando de vuelta

Escupiendo cada centímetro de tu ser

Ves sus rostros, y los reconoces, ya que en algún momento fueron

Víctimas te tu martirio.

Todo se te revirtió el doble, y te quedaste completamente solo

Ya es tarde, porque el sol se apaga, caen las tinieblas, le prenden

Fuego a tu cruz, y tocarás fondo a medida que todo se convierte en

Cenizas.

Aquellas cenizas que fueron tan solo el recuerdo de un cargo de conciencia

Atrapado dentro de ese corazón endurecido en odio y que nunca

Salió a la luz.

H i r o